UNIVISION
FOTOGRAFIAS The Associated Press
La contienda fue emocionante, una de las mejores contiendas de lo que va del año, los dos púgiles se entregaron, no dejaron nada en el vestidor, al final ganó el que más lo merecía.
Bradley se fajó, se detuvo a cambiar golpes cuando parecía estar fuera de combate, enseñó mucho valor, defendió con uñas y dientes el cinturón, el campeonato que para muchos no merecía tener, pues le ganó a Manny Pacquiao en una decisión polémica.
Por su parte Provodnikov, se presentó como un peleador duro, difícil, con la mano pesada, pero cuando pudo terminar a Bradley, por lo menos en tres ocasiones, no lo hizo, lo dejó vivir y al final se llevó sólo el reconocimiento de ser un gran gladiador.
La pelea inició con buen ritmo, ninguno salió a estudiar su rival. Bradley estaba muy activo con su mano izquierda, manejaba bien el gancho, Provodnikov tenía bien ceñida la guardia, cuando el round terminaba un derechazo se estrelló en la mandíbula de ‘The Desert Storm’, vino un amarre y golpes en cortos, el estadounidense cayó a la lona, pero el réferi no contó caída. El campeón trato de levantarse y volvió a la lona, cuando por fin se puso de pie caminó sobre piernas débiles, el ruso fue a terminar su obra, pero la campana sonó.
Bradley estaba en malas condiciones, recibía todo lo que Provodnikov le disparaba, su cabeza era una pera, sin embargo, el norteamericano resistió estoico todos los misiles, a pesar de que estuvo a punto de caer en dos ocasiones. Timothy mostraba un valor espartano.
El ruso bajó las revoluciones para el tercer capítulo, se dedicó a ir tras Bradley, pero sin lanzar muchos golpes, mas bien parecía esperar el error del campeón para poder descargar un martillazo de derecha. Al monarca, estos tres minutos de descanso le vinieron bien, pues tomó un tanque de oxígeno que le hacía falta.
Provednikov tuvo gas sólo para dos rounds, el ruso tuvo en sus manos a Bradley y lo dejó ir, dejó que la presa se le escapará, y ahora ésta se le revelaba. El estadounidense dejaba que el retador se le acercará, cuando lo tuvo a distancia lo cimbró con un tremendo upper cut, para después lanzar una maquinita de golpes. El campeón había emparejado las acciones.
Definitivamente Bradley estaba de regreso, en el quinto rollo metía ráfagas de tres y cuatro golpes, Provodnikov las cachaba todas con la cara, no movía la cabeza, no tenía cintura. El ruso trató de reaccionar en los últimos diez segundos, conectó dos derechazos que el local absorbió bien.
La adrenalina volvió a correr en el sexta vuelta, Provodnikov puso en malas condiciones a Bradley, quien se tambaleó, las cuerdas evitaron que se cayera, el ruso fue sobre él, con dos aspas como brazos descargó todo lo que tenía, Bradley respondió como pudo, entraron al palo por palo, Timothy sobrevivió de milagro.
El séptimo no fue el de la suerte para nadie, Provodnikov dejó por segunda vez que Bradley tomara aire, no lo atacó, no lo agobió. El ruso permitió que ‘The Desert Storm’ caminara sobre las puntas de los pies sobre todo el cuadrilátero, el campeón tenía una vida más.
Bradley supo manejar bien la tormenta, sobrevivió y se adueñó de la pelea. Para el octavo round Provodnikov tenía el ojo izquierdo casi cerrado y sangraba de la nariz, tuvo su oportunidad y la dej[o ir.
El campeón logró cortar el parpado izquierdo del ruso, quien tenía muy dañada esa parte de la cara, Freddie Roach trabajó en el minuto de descanso intensamente, para el término del noveno rollo la pelea era toda del estadounidense.
Para el round once, Provednikov salió más agresivo, sabía que por puntos iba abajo, sólo el nocaut le daría el triunfo, lo buscó, se fue como aplanadora sobre Bradley, quien recibió muchos golpes de poder, pero aún así siguió en la pelea, lanzaba golpes, se defendía con mucha valentía.
Bradley no se quiso meter en problemas en el último round, salió a boxear, se movía por todo el ring, no era un blanco estático, pero Provodnikov esperó el momento indicado y disparo un balazo de derecha que por enésima vez puso mal a Timothy. Ahora sí, el ruso se fue a terminar con el campeón, apuntó sus cañones a la humanidad el estadounidense hasta que éste puso una rodilla en la lona, con el conteo obligatorio de los ocho segundos el tiempo se terminó y la contienda llegó a su final de manera dramática.
La decisión recayó en los jueces y calificaron la contienda de la siguiente manera: 114-113, 114-113 y 115-112 todo para el todavía campeón welter de la Organización Mundial de Boxeo: Timothy ‘The Desert Storm’ Bradley.
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