domingo, 6 de octubre de 2013

UN NUEVO MIGUEL ANGEL COTTO OBRA DE FREDDIE ROACH


por Bernardo Pilatti ESPN

El boricua Miguel Angel Cotto (38-4 con 31 KOs)pulverizó en menos de tres asaltos al dominicano Delvin Rodriguez (28-7 y 3 con 16 KOs) y cuando muchos suponían que estaba al final de su carrera, mostró que está más vivo que nunca y como lo dijo su nuevo entrenador, Freddie Roach, que "los buenos rivales ahora hagan fila".

Se sabía de antemano que las dos principales opciones para su triunfo estaban en poner presión y ganas desde el primer segundo de la batalla. Lo vaticinamos en nuestras claves. Pero lo que mostró Cotto este sábado en Orlando superó cualquier previsión. Fue un torbellino de presión, golpeo brutal y agresividad desde el comienzo mismo del combate y mostró unas ganas alucinantes de triturar de inmediato a su oponente.

Solo en el primer asalto lanzó más de cincuenta golpes de su mejor repertorio. Anuló desde el arranque la mejor extensión del brazo rival y llegó arriba y abajo con trallazos demoledores. Delvin Rodriguez sobrevivió al primer round, en el segundo lo salvó la campana y en el tercero recibió una doble combinación de derecha e izquierda en gancho que lo mandó a la lona. Fue el brutal final de la historia. El viejo Cotto regresó más nuevo que nunca.

Fue una breve historia, pero que dejó muchas enseñanzas. Freddie Roach tuvo muy claro, desde que asumió la esquina del boricua, donde estaba la llave para recuperar la carrera de su nuevo pupilo: volver a las raíces y recuperar el orden mental.

Cotto tuvo personalidad, confianza, agresividad y disciplina para cumplir el plan de pelea. Lo vimos concentrado y con un radar actuando a tiempo completo encima de sus herramientas ofensivas. Los golpes al cuerpo de Delvin fueron definitorios, lo doblaron y lo obligaron a cerrarse, olvidándose del jab. Los golpes a la barbilla del dominicano, con cualquiera de las dos manos fueron aplicados por un guerrero hambriento, no por el Cotto que presumíamos más allá de cualquier intención de seguir en este negocio.

Ese 54% por ciento de efectividad en su golpeo, el promedio que superaría los 50 golpes por asalto y esa renovada capacidad de terminar una pelea haciendo perfectamente bien lo que mejor sabe hacer, tienen una sola explicación: Freddie Roach.

¿Y Delvin Rodriguez? Hizo todo mal, es necesario reconocerlo. Desde que lo vimos caminar rumbo al cuadrilátero, el lenguaje gestual de su rostro hablaba en su nombre. Su sonrisa nerviosa no mostraba la concentración que requería la gran oportunidad de su vida. Sabía de antemano que el jab era su arma para contener a un hombre que partiría agresivo. No supo utilizarlo, no tuvo consciencia de su lugar en el cuadrilátero y sus piernas sin reflejos solo sirvieron para sostenerlo, mientras los golpes de Cotto lo fueron terminando.

Es verdad que esperábamos más de Delvin Rodriguez, pero también es cierto que el dominicano habrá sido el primero en sorprenderse con este renovado Miguel Cotto. Un verdadero huracán que lo destruyó en siete minutos.

¿Y ahora? Si el portorriqueño mantiene este fuego mostrado en Orlando, no hay dudas que estamos ante el comienzo de su segunda vida en el boxeo de élite. Con todo ese coraje para avasallar ya debe pactar peleas ante quien se le ocurra. Saúl Canelo Alvarez, Floyd Mayweather Junior, Sergio Maravilla Martinez. Ya no importa el nombre, el viejo Miguel Angel Cotto, está de regreso. Más joven y hambriento que nunca.





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