Los miembros de la saga Ferino
Primero fue el
patriarca, Ceferino Rodríguez Duque, Ferino I, allá por los años cuarenta. No
tuvo un heredero. Vinieron cuatro, Ceferino, Isidro y Carmelo, sus tres hijos y
el nieto, el quinto de la saga y que hoy, como vigente campeón de España, es el
orgullo de una familia excelente.
Mucha de la mejor
historia del boxeo canario ha venido representada por sagas ilustres, sellos
familiares que sobreviven al paso del tiempo por su legado y ejemplo. Los
hermanos Ciclone, los Suárez, los Palenke, Rodri I y Rodri II, los Santana, los
Pantera, Mando Peña, Guanchito, Godoy o González son apellidos asociados
a tiempos gloriosos. Y en este privilegiado elenco no se puede dejar fuera a
los Ferino, una cadena que comporta hasta cinco protagonistas y de una talla
capital para el progreso del deporte del ring en Canarias. Sin ir más lejos, el
representante actual de esta cadena establecida en Telde pero originaria de La
Isleta es, ni más ni menos, que Ferino V, el mejor boxeador que hay en estos
momentos en el Archipiélago.
En 1929 vino al
mundo el primer Ferino, púgil del peso ligero que, por cinco duros de la época,
se pegaba con el que le pusieran delante. «Había necesidades, había que sacar
el dinero de cualquier lado», reconoce su hijo mayor del mismo nombre. Y así, a
mitad de camino entre la afición y el hambre, se forjó una carrera meritoria,
con veladas recordadas como las que protagonizó ante Álamo, El Cantinflas, o el
padre del cantante David Bisbal. «Fue un campeón sin corona porque se ganó la
admiración y el afecto de rivales y entendidos, aunque le faltó un título
oficial», matizan sus descendientes. Ahí no hizo más que empezar el recorrido
de un mote con larguísimo recorrido.
Ferino II (Las
Palmas de Gran Canaria, 1954) abarcó desde el gallo hasta el superligero,
totalizando cuatro campeonatos de Canarias y tres participaciones en la extinta
Primera División de la Liga Nacional de boxeo, que le llevó a tener apariciones
por Almería o Cádiz. «Fueron en total 18 combates de carácter amateur. Y con
rivales enormes como Kid Tano, Mando Peña, Monzón, Tacoronte, Lelo
Suárez...Grandes tiempos aquellos», apunta.
El testigo lo
recogió Isidro (Las Palmas de Gran Canaria, 1960), a la sazón Ferino II, con
una contribución como púgil más limitada: un par de peleas en el ligero. Pero
la vocación sembró una semilla que le mantendría siempre vinculado al boxeo.
Fue secretario y presidente de la Federación Insular, en la que ahora ejerce
como vocal.
Carmelo (Las
Palmas de Gran Canaria, 1964) brilló, y de qué manera, en el minimosca. Campeón
de Canarias varias veces, cosechó un subcampeonato nacional tras perder ante
Javier Martínez («una fractura múltiple de la nariz me impidió estar con las
condiciones que, seguro, me hubieran hecho obtener otro resultado»). Completó
como púgil amateur una treintena de apariciones y, de todos los hijos del
primer Ferino, es el que ofrece mejor palmarés. Así lo reconocen sin discusión
los implicados.
Claro que faltaba
por llegar Ferino V (Las Palmas de Gran Canaria, 1988), quien ha terminado por
instalar en los altares a la saga de la que es descendiente. Empezó tarde y
para corregir los problemas con el sobrepeso. Bendita la hora que se acercó al
gimnasio de los Montaña en Melenara, su primera escuela. Nueve veces campeón de
Canarias, dos veces campeón de España amateur, con el añadido de tres platas y
un bronce, además de haber peleado en un Boxam (con otro bronce), con salidas
al extranjero (Serbia y Polonia) y ostentar el título nacional del peso
wélter en neoprofesional, el próximo 18 de Octubre disputará en Italia el
título de la Unión Europea.
No tiene techo el
último eslabón de una familia que se ha ganado un sitio privilegiado en la
cronología más exitosa y celebrada del boxeo en Canarias. Y así lo acreditan
sus miembros. En la tierra y en el cielo.
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