Mi gran amigo y mejor arbitro y juez de la F.E.B y E.B.U , José Lazaro Carrasco quiere compartir con todos los lectores del Blog Doce Onzas su primera experiencia como juez E.B.U , detalle que agradecemos y compartimos con todos ustedes.
Por José Lázaro Carrasco
Fotografia Eduardo Iglesia
El pasado 18 de Octubre tuve el placer de realizar mi
primera actuación como oficial para la EBU. En juego, el título EU vacante
hasta el momento, de los pesos pesados entre Johann Duhaupas y Jarno Rosberg
El vuelo desde Madrid ya presentaba un retraso de 45
minutos, al haber niebla en París.
Más nervioso que un filete de cinco céntimos, me disponía a
repasar con la mente cada cosa de la maleta y asegurarme que no me faltaba
nada. La camisa correcta, la pajarita y hasta el escudo de más de 30 años que
mi amigo Paco Vázquez me había dejado por si acaso no se había acordado la EBU
de mandármelo con el compañero Romano.
El vuelo bueno, pero el aterrizaje fue espantoso. Por la
ventanilla no se veía nada. Se veían nubes, y niebla, y de repente ya estábamos
en el suelo.
Nos habían dicho que los vuelos de los otros compañeros
(Italia, Suiza y Dinamarca) estarían sobre la misma hora, pero claro, a pesar
de haber estado en la convención EBU el pasado año yo no conocía a nadie.
Tampoco nos estaban esperando con el típico cartelito. Había un señor bajito
que llevaba más de una hora esperando a la salida, pero sin más.
No hay nada más vergonzoso que andar por la terminal sin
saber quiénes son los otros, y esperando alguna señal que te indique algo.
Finalmente, conocí al Danés y pudimos conocer a los otros. El hombre bajito era
el chofer de una furgoneta que nos tenía que trasladar al hotel, que ni más ni
menos estaba a unos 200 Km.
Por una autopista de peaje, que une Paris y Abbeville,
circulando a 60 Km /hora, pero llegamos no se cuánto tiempo más tarde. Un
pueblecito pequeño, con mucho tráfico, pero algo sorprendente. A partir de las
17 horas no ha ni Dios por la calle.
El hotel muy acogedor, la habitación muy cuca, y lo que me
costó encontrar el baño, que estaba medio oculto tras una puerta de moqueta, la
misma que el resto de habitación. Por unos momentos supuse que el baño estaría
en el pasillo.
Tras comer y un pequeño descanso, el pesaje. Jamás he visto
tanta persona por metro cuadrado que en ese pequeño hall de hotel. Duhaupas, el
local arrastra gente como un Javier Castillejo en Leganés. Algo digno de ver.
Presentaciones de los oficiales, banderas y los boxeadores.
Dos tíos enormes que pesan 100.6 y 104 kilos respectivamente, pero nada de
gruesos.
Tras esto, reunión y lectura de normas. Amplia, pero
explicita y con todo tipo de detalles. En ingles, por supuesto.
Cena en el hotel, un regalo por parte del director del hotel
consistente en pates de pato y perdiz, unas algas típicas de allí,
mantequillas, dulces, etc...
Muy agradecido, pero
con el inconveniente que debería facturar la maleta a la vuelta, en lugar de
llevar el equipaje de mano para salir volando para casa.
Descanso y hasta el día siguiente, en el que el chofer,
apodado "muy rápido" nos tenía que recoger a las 9 para llevarnos a
una visita típica. Llegó a las 10 y pico.
La vistita maravillosa, aunque el día no acompañaba. Una
lluvia constante de como lo llamamos aquí Chiri miri, pero muy bien y muy
contento de haber visitado Somme.
Tras este paseo que no olvidaré, comida y siestón para
algunos, para estar preparados a las 18.30. Los nervios y ganas de hacerlo bien
imperan y de siesta nada. Una hora antes, duchazo y preparación. Me doy cuenta
que es imposible. A mi mujer se le ha olvidado meter calcetines negros. ¿Cómo
voy a ir vestido con blancos?.
Salida precipitada a la calle, todo cerrado, menos una
tienducha pequeña de lencería. Compro unas medias negras y corro hacía el
hotel.
Salimos preparados, guapísimos todos. Daniel Van der Wiele,
Máximo Montanini, Jan Cristiensen y el menda.
Nos llevan a la arena, como se dice internacionalmente y hay
gente por todos los sitios. El aforo para unas 1800 personas parece hacerse
pequeño. En minutos se vende todo y en el recinto no cae al suelo un alfiler si
se tirase de lo alto.
Los combates competitivos. A nosotros, una zona apartada con
todo tipo de atenciones. Que flipada. Previos al campeonato tres amateur y tres
profesionales. Algo asequible y entretenido. Y llega el combate. Todo lujo de
detalles, humo, música, luces, banderas, himnos.
El combate en sí no tiene mucha explicación. Un primer
asalto de tanteo que ligeramente se lo lleva el local. En el segundo, Jarno es
atacado con más agresividad y el asalto es mucho más claro. En el tercero le
tira Duhaupas y a la cuenta de 9 se levanta como un resorte. El asalto termina.
Y en el cuarto, le vuelve a tirar, prácticamente al comienzo y no se levanta a
la cuenta de 10.
Todos contentos. La gente permanecía en el arena sin irse
sin una foto con el púgil local.
Tras esto a cenar. Eran las 23.30 y yo no hacía más que
pensar en la que se nos venía encima con el billete de avión programado para
las 7.10 de la mañana. 200 Km, Muy Rápido por allí dando vueltas, tener que
facturar maletas, para lo que te dicen que has de estar al menos 90 minutos
antes.
Mis sospechas eran ciertas. Tras la cena, a cerrar la maleta
y camino del aeropuerto. A 60, pero afortunadamente llegamos. Despedida de los
oficiales, cada uno a su avión y vuelta para casa.
la verdad, inolvidables tres días chapurreando Ingles y lo
poco que domino el Italiano.
Johann Duhaupas remporte la ceinture Européenne des Poids Lourds face à Jarno Rosberg .
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