Por Nicolás Samuilov
El ex campeón mundial superwelter ruso Zaurbek Baysangurov
sometió al argentino radicado en Madrid, España, Guido Pitto, hasta
liquidarlo por nocaut técnico en el duodécimo asalto, y así conquistó el título
superwelter de la
Organización Internacional de Boxeo (IBO), que se encontraba
vacante, en el combate estelar de la velada desarrollada en la noche del sábado
en el Ice Palace "Terminal", de Brovari, Ucrania.
En una pelea de un solo lado, Baysangurov dominó a placer y
castigó durante doce capítulos a un valiente Pitto, que aguantó a pie firme
pero jamás logró siquiera complicarlo, hasta que faltando apenas seis segundos
envió al suelo al un argentino liquidado, por lo que el árbitro italiano
Giustino Di Giovanni decretó el final.
Con un boxeo más sólido y consistente, Baysangurov, ex campeón
mundial superwelter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), pero que
había resignado su cinturón debido a una lesión que lo mantuvo alejado
dieciocho meses, desde octubre de 2012, dominó a Pitto con sus potentes
izquierdas y derechas cruzadas a la zona alta desde la primera campana. A pesar
de que el argentino se plantaba en la media y corta distancia, e incluso
respondía como en el segundo capítulo cuando conectó su veloz cross diestro a la
mejilla, la diferencia física y de fortaleza siempre era fundamental para el
local
A partir del tercero y profundizando en el cuarto, el ruso añadió sus
ganchos zurdo y diestro a las costillas, y anticipó cada intercambio con su jab
zurdo. Ya en el quinto, continuó comandando las acciones con solidez, filtrando
su izquierda en jab y recta de apertura, y luego descargando su cross diestro a
la marcada mejilla del porteño. En el sexto, lo desbordó y con un resonante
cross zurdo al pómulo, lo hizo dar un paso atrás. Las diferencias eran cada vez
más amplias.
Dominando a gusto, en el séptimo, Baysangurov combinó sus potentes
izquierdas y derechas cruzadas a la mandíbula de un desgastado Pitto, que acusó
recibo, y debió retroceder. Segundos más tarde, y tras impactar otro gancho al
cuerpo, el ruso descargó con contundencia su cross zurdo y diestro a cada
mejilla de un porteño que trastabillaba y en su rostro se veía cómo le dolía el
trámite de pelea.
Con la misma tónica, en el octavo, a pesar de que el visitante
hacía lo que podía para mantenerse en pelea, jamás lograba siquiera
complicarlo. Enfrente, el ex campeón mundial seguía martillando con sus
profundos cruzados a la mejilla, desgastándolo cada vez más.
Esa izquierda
cruzada a la mandíbula del dueño de casa reapareció en el noveno, una vez más
con plenitud. Así, el ruso trabajaba con extrema soltura y cada lanzamiento
llegaba a destino, lastimando, como sucedió antes del descanso cuando impactó
su cross diestro y zurdo a la mejilla, que volvió a hacer trastabillar al
argentino.
Con la pelea totalmente dominada, en el décimo, Baysangurov siguió
avanzando en búsqueda de la definición. Mientras el maltrecho Pitto intentaba
sin éxito responder y mantenerse a tono, el ruso castigaba con su gancho zurdo
a la zona hepática y sus profundos cruzados a las mejillas No era pelea
En el
undécimo, la tónica se mantenía. Solo restaba saber si el local lograría
definirlo antes del límite. Porque tras llevarlo contra las cuerdas y someterlo
con potentes izquierdas y derechas cruzadas a la mandíbula, que hacían
tambalear al porteño, el ruso aceleró aún más y castigó a gusto añadiendo sus
ascendentes y cross al mentón, con que lo tuvo flameando sobre el ring. No
tenía sentido continuar.
Pero el valiente Pitto salió al duodécimo,
visiblemente sentido, donde además siguió recibiendo esas feroces izquierdas y
derechas cruzadas a la mandíbula.
Todo lo que lanzaba hacía daño en el rostro
del lastimado argentino, totalmente derrotado, mientras su esquina -liderada
por el español Ricardo Sánchez Atocha-, no se decidía a detener su innecesario
sufrimiento.
Pero lo peor estaría por venir.
A pesar de que el tañido final
estaba cada vez más cerca, Baysangurov fue por la definición y tras castigar a
placer con sus contundentes izquierdas y derechas cruzadas a la mandíbula de un
Pitto totalmente conmovido y liquidado, lo envió pesadamente a la lona. Y por
más que se puso de pie, el árbitro italiano Giustino Di Giovanni no le dio el
pase y detuvo correctamente las acciones, decretando el fuera de combate,
cuando apenas restaban seis segundos para finalizar una pelea que no fue tal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario