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Con una mejor preparación que la primera vez que se enfrentaron, esta vez el ruso Evgeny Gradovich no dejó dudas de su superioridad sobre el australiano Billy Dib y retuvo al minuto y 10 segundos del noveno round, su cetro pluma avalado por la Federación Internacional de Boxeo.
Gradovich (18-0, 9 KO), había quitado el cetro pluma a Dib en marzo pasado por una cerrada decisión dividida; sin embargo, esta vez se mostró muy superior, con buen boxeo, sólida pegada y un ritmo de pelea que no aguantó Dib, a quien la esquina detuvo el ya disparejo duelo.
Dib, que cayó en la sexta ronda, trató de mantenerse en pie, pero su poco arsenal ofensiva nunca le brindaron la oportunidad para salir adelante ante Gradovich, quien nuevamente dio muestra de su 'estilo mexicano' para minar las esperanzas del peleador australiano.
Desde el comienzo del combate Gradovich se mostró mucho más confiado al salir con fuertes obuses al rostro de Dib que trató de contragolpearlo sin éxito. Para el segundo asalto la presión del ruso fue evidente ante un retador que retrocedía y peleaba casi siempre contra las cuerdas.
Ya para el tercer asalto, el 'ruso-mexicano', como se hace llamar Gradovich, comenzó a asentar mejor su pegada y fue deteniendo a Dib, que en el intercambio poco pudo hacer ante el poder del Campeón del Mundo, quien tuvo su segunda victoria en Macao.
Tras un dominio en el cuarto y quinto asaltos por parte del ruso, el sexto fue tan bueno para Gradovich como fatídico para Dib, que no pudo evitar la caída tras un buen golpe del ruso, que finalmente comenzó a decidirse por el nocaut y comenzó con un mayor ritmo de combinaciones y presión sobre el australiano.
Tras la caída, salió Dib al séptimo con más corazón que boxeo y ello abrió la puerta para que el 'ruso-mexicano' saliera con más confianza y metiera fuertes obuses a su rostro, incluso lastimándolo un par de ocasiones, dejándolo a punto de irse a la lona.
Ya con la boca abierta y el cansancio a flor de piel, Dib continuó en la reyerta pero la mejor condición física del Campeón Gradovich lo mantuvieron siempre a la defensa, casi siempre contra las cuerdas en el octavo asalto.
La desesperación hizo de Dib su presa y pronto atacó en el noveno a las zonas prohibidas, pegando abajo del cinturón a Gradovich, que tras unos segundos de recuperación, fue por él y provocó que la esquina del australiano detuviera la ya dispareja pelea.
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