sábado, 27 de julio de 2013
PROFUNDO DOLOR EN EL ULTIMO ADIOS A DELFINO PEREZ
Por Facundo Medina "Prensa Yesica Bopp"
Sepultaron este viernes los restos del director de la Escuela Municipal de Box de Avellaneda, quien fuera técnico y formador de Yesica Bopp, campeona mundial AMB y OMB. "El lunes todos al gimnasio", arengó La Tuti al centenar de jóvenes boxeadores que se acercaron a despedir a uno de los últimos grandes maestros del pugilismo.
Los restos de Delfino Pérez, director de la Escuela Municipal de Box de Avellaneda que lleva ahora su nombre, y formador de la doble campeona mundial minimosca AMB y OMB Yésica Bopp, fueron sepultados este viernes en el cementerio de dicha ciudad, donde se convocaron más de un centenar de personas para despedir a uno de los últimos grandes maestros del boxeo argentino.
Pérez, que pereció a la edad de 75 años, marcó el camino de cientos de jóvenes que encontraron el gimnasio el lugar perfecto de contención y desarrollo a través del deporte, siempre apoyados y alentados por el incansable "Fino", por medio del cual muchos lograron dejar los problemas con drogas, delincuencia o situaciones de violencia.
La principal preocupación del viejo maestro fue siempre la de incluir a los jóvenes a través de uno de los deportes más nobles y duros al mismo tiempo, con el firme objetivo de lograr formar personas de bien, y tal vez fuera este su mayor logro en lo personal. Organizaba charlas con psicólogos, con expertos en adicciones, buscaba trabajo para los chicos que no tenían, cada boxeador sabía que tenía consigo a una persona de bien que los cuidaba arriba y abajo del ring.
Figura del boxeo amateur en los 50, época de grandes pugilistas y muchos logros internacionales, campeón argentino gallo, campeón de la Marina y las Fuerzas Armadas, Pérez debió desistir de pelear en dos juegos olímpicos por su formación ideológica, ya que durante los últimos años de esa década se proscribió al peronismo y todos sus avances sociales, dejando fuera de combate tanto a "Fino" como a miles de deportistas. Otra de sus grandes virtudes: ser fiel a sus ideas, a sus convicciones, a contarle a quien quiera oir lo que pensaba y luego decía, sin filtros, sin importar quién esté adelante.
El legado de Delfino Pérez quedó reflejado estos días en los tristes rostros de un centenar de boxeadores amateurs y profesionales, en actividad o retirados, que pasaron por el ring de la calle Lucena y recibieron los consejos, los retos y las bromas del viejo maestro, y se acercaron a brindarle el último adiós en la fría mañana de julio.
"El lunes todos al gimnasio", arengó con la voz entrecortada por el llanto Yésica Bopp a los jóvenes boxeadores que no podían salir de su dolor mientras despedían a su guía, y agregó: "ahora más que nunca hay que poner todo, vamos que se vienen varios campeones más, es lo que él hubiera querido".
El intendente de Avellaneda, Ing. Jorge Ferraresi, pasó por el velorio a despedir su viejo conocido de trabajo y militancia, y saludó a los familiares presentes. En diálogo con Bopp, la monarca minimosca le expuso su preocupación porque continúe la actividad del gimnasio y el jefe comunal ofreció su compromiso de mantener en pie la escuela de box.
Con Delfino Pérez se van sus enseñanzas, sus bailes de cumbia en los vestuarios antes de cada pelea, sus chistes, sus rabias y sus locuras, pero quedará por siempre el legado de un verdadero héroe de la vida que entregó su existencia en beneficio de los demás, y es ese el ejemplo que perdurará en quienes pasaron por sus manoplas o recibieron sus consejos en algún rincón de un ring durante una dura pelea, para volcarlos en la generación siguiente y continuar "formando personas" como decía el viejo maestro.
Adios viejo maestro y querido amigo,seguramente seguirás enseñando allá arriba junto a otro grande, tu compañero y amigo Hugo Repetto, que nos dejó hace ya casi una década. Respetos y condolencias para Sara, su mujer, y Fabián su hijo.
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